Me senté y, como cada tarde, comencé mi paseo. Elegí, sin pensar, el camino mas cotidiano para mas tarde, como acostumbro, desviarme por cualquiera de sus vifurcaciones.
El cielo me recibía con un claroscuro, que presagiaba tormenta, pero no disminuía la belleza del paisaje. Camine entre la arboleda. La música y la poesía asomaban por cada rincón sirviéndome de sosiego.
Me fui encontrando con brillantes , y pintorescos, personajes que al verme hurgar en sus vidas me miraban con indiferente amabilidad. Me tropecé, y salude, a muchos y buenos amigos, que también paseaban.
En algún recoveco del camino mas, o menos , discreto, retozaban los amantes. Por pudor, me desvié sin molestar: Mejor haber seguido; el amor nunca ofende.
El siguiente sendero me condujo a lo que, sin duda, podrían ser los Jinetes del Apocalipsis: La hierba y las flores, ya no eran tal, sino cascotes de belleza destruida. Lo que antes eran frondosos arboles, semejaban ahora extraños artilugios de guerra y destrucción. En el rostro de los nuevos personajes, con los que me cruzaba, solo se reflejaba la desolación, en unos, y el odio y la soberbia del poder en otros.
Quise escapar, retroceder, en busca de la belleza y la frescura anterior: No me fue posible, en ese momento como era, desgraciadamente, muy frecuente; mi ordenador se "colgó"
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
me fascino por como haces que los que te leemos ,viajemos de tus brazos sin saber adonde nos llevas pero es tan agradable,la prosima vez no cambies de sendero ,porque ya ves ,si lo haces tu ordenador se cuelga ,,me gusta la frase de "el amor nunca ofende" por cierto soy el primero ,si es que no puedo dormir sin antes visitarte,besos y gran abrazo exclusivos para ti,
No sabia que tenias este otro blog tan precioso...
Besos
Gracias a los dos,por la visita
Gata, ¿ verdad que soy una caja de sorpresas? ja. ja.
Publicar un comentario