Un nuevo día, una nueva concentración, ya es habitual Suena el tono de mensaje en mi móvil; lo abro, leo,- Ayuntamiento de..., levanto la voz y le digo a mi marido,- han asesinado a otra mujer, hay concentración-. Cuando me oigo a mi misma, me asusto, lo he dicho como si fuese normal, un hecho, aunque trágico, cotidiano; siento angustia, ¿me estaré acostumbrando?: - No-, me digo , eso nunca. De todas formas hace un tiempo sabia exactamente el numero de victimas en lo que va de año; hoy no lo se con exactitud, solo se que muchas; me vuelvo a angustiar.Me visto, y como siempre que me es posible, me dirijo a la plaza del Ayuntamiento, delante del cual la corporación municipal siempre convoca para repudiar los asesinatos. Somos pocos, casi todo mujeres, -es mala hora-, se disculpa, quien no debe puesto que esta allí, -si es mala hora-, repetimos.
Pero en los bancos, tomando el sol, hay personas, hombres, jubilados en su mayoría, ni se levantan; eso molesta pero ya no ofende, -el tema va con ellas- dirá alguno. Si, va con nosotras, es cierto, tal vez ellos no han tenido madre y no tienen hijas, claro- va con ellas-.
Y aquí llega lo que si duele, lo que ofende; por que muchas "Ellas", pasan, nos miran, a los allí concentrados, moderan el paso, leen la pancarta "Por la ultima victima de la violencia de Genero", siguen su camino, en algunas hasta notas una cierta mirada de "esas no tendrán nada que hacer", "¿como podrán perder cinco minutos ahí paradas?".
Pasan los cinco minutos, nos vamos, en algunas terrazas de la plaza "Ellas" toman un café, consumen, tranquilas, sus cinco preciosos minutos: ¡Esto no va con ellas!.


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